LEY DE PROTECCIÓN DE DATOS

Geolocalización y la normativa de Protección de Datos

En esta sección daremos respuesta a cuestiones relacionadas con la geolocalización y la protección de datos.

¿Es la ubicación un dato personal?

Los datos de ubicación aparecen como uno de los ejemplos que se citan en el artículo 4 del RGPD sobre la definición de lo que es un dato personal. Por lo tanto, podemos decir que los datos de geolocalización según el RGPD son un dato personal, puesto que constituyen información relacionada con una persona.

La geolocalización y, por tanto, los datos de ubicación, pueden servir para inferir y conocer diversa información personal; por ejemplo, si tenemos activado el GPS del móvil continuamente, los periodos nocturnos en los que los datos de ubicación no varían, pueden servir para saber la localización aproximada del domicilio de una persona. Lo mismo ocurre con los desplazamientos habituales a una zona determinada, de los que se puede deducir que es el lugar de trabajo.

Por lo tanto, como dato personal, la ubicación o geolocalización de las personas queda dentro del paraguas de la Ley de Protección de Datos, siendo de aplicación todas las obligaciones recogidas en ella para la gestión y protección de dicha información.

¿Cómo gestionar la geolocalización como dato personal?

La gestión de la geolocalización implica, aplicar las obligaciones que establece la Ley de Protección de Datos, por lo que a tratar datos de ubicación, cualquier entidad deberá tener en cuenta los siguientes puntos y cumplir con las obligaciones que se derivan de ellos:

Legitimación para tratar los datos ubicación; en la mayoría de los casos, la base legitimadora será el consentimiento expreso de los interesados, aunque también habrá otros casos que podrán ampararse en otras de las bases establecidas en el artículo 6 del RGPD, por ejemplo, el interés legítimo en el caso de los empleadores.

  • Informar del uso de datos ubicación, ya que los interesados deben saber quién va a tratar sus datos, la finalidad para la que se recabarán, por cuánto tiempo y si se cederán a terceros.

  • Limitación de la finalidad, es decir, que los datos de ubicación recabados solo se podrán usar para la finalidad de la que se haya informado y, en su caso, obtenido el consentimiento para su tratamiento.

  • Elaborar un registro de actividad de tratamiento de los datos de ubicación, en el que se especifique:

    •  Categorías de interesados
    •  Cesión de datos
    • Transferencias internacionales
    y sus garantías
    •  Plazo de conservación
    •  Medidas de seguridad adoptadas

  • Llevar a cabo un análisis de riesgos para poder establecer las medidas de seguridad necesarias que garanticen la protección de los datos.

  • Proporcionalidad, especialmente cuando la geolocalización se emplee como medida de control de los empleados.